“La piel tiene memoria”, esa frase que todos hemos escuchado innumerables veces y que más o menos intuimos lo que puede significar. Pero ¿por qué se dice? ¿realmente la piel tiene memoria?

 

En este blog te explicamos qué es lo que pasa y por qué es tan importante cuidar la piel desde edades muy tempranas.

 

Cómo es nuestra piel desde que nacemos

 

Desde el momento en que el que somos embriones podemos decir que ya tenemos piel, en realidad es una pseudopiel llamada ectodermo de la que derivarán también otros tejidos como las neuronas, de ahí que el sentido del tacto relacione íntimamente la piel con el pensamiento.

La importancia que la piel tiene para el ser humano es de tal magnitud que es capaz de aislarnos del exterior y proteger nuestro cuerpo en el interior como si fuera un paquete, a la vez que nos ayuda a obtener información de todo lo que nos rodea.

 

En el nacimiento y hasta los 3 o 4 años nuestra piel es demasiado inmadura como para poder afrontar el daño que la luz solar, y en particular la radiación que los rayos UV pueden producirle. Es por este motivo que nunca debe someterse a un niño a esa exposición y, si se hace, debe ser siempre con protección.

 

Se calcula que antes de los 21 años se ha recibido entre el 50-80% de toda la radiación solar que recibiremos a lo largo de nuestra vida, por lo que, si conseguimos proteger bien a los niños durante toda su infancia y juventud podremos reducir en un 78% su probabilidad de tener cáncer de mayores.

 

Ahora que ya sabemos cómo es nuestra piel desde que nacemos, veamos cómo afecta la radiación solar a nuestra piel. ¿Y cómo reacciona la piel al sol?

 

¿Cómo actúa la radiación solar sobre nuestras células?

 

Debemos tener en cuenta que, gracias a la atmósfera y en particular a la capa de ozono, solo llega hasta nosotros un 5% de toda la radiación que el sol produce, entre ella la luz visible.

 

Esos rayos tienen la cualidad de poder modificar el ADN de nuestras células y es por ello que debemos prestar mucha atención a la cantidad de radiación que llega a nuestra piel. Vamos a ver cómo funciona una célula desde que se expone a la luz solar y a sus rayos.

 

Imagina una célula epitelial, que tiene ADN en su núcleo y que funciona correctamente. Cuando esta célula se percata de que la luz solar está incidiendo sobre ella empieza a fabricar melatonina y a transportarla hasta la parte superior de la misma, ese es el momento en el que nos bronceamos.

 

Cuando la radiación llega de una manera muy brusca, exagerada, repentina o demasiado directa la célula se ve incapaz de realizar ese proceso y colapsa. De manera que se produce un proceso de inflamación y enrojecimiento, que a nivel celular se traduce en un daño en el ADN de la célula que produce una mutación o variación negativa del mismo.

 

Si este proceso inadecuado de sobreexposición o exposición brusca se repite de forma continuada, esas células y las células que nazcan de ellas, van convirtiéndose en células anormales que no son capaces de hacer las funciones para las que en su momento fueron creadas desde que éramos embriones.

 

Consecuencias de la mala exposición al sol y qué podemos hacer para evitarlas

 

Así funciona y reacciona nuestra exposición al sol, ¿lo sabías? Una mala e incorrecta exposición al sol y a su radiación puede provocar consecuencias muy negativas para nuestra piel. La mutación de la que hablábamos anteriormente se traduce en el desarrollo de enfermedades muy serias y graves, como pudieran ser el cáncer de piel. Pero entonces, ¿qué podemos hacer para evitar estas consecuencias? ¿se puede tomar el sol sin poner en riesgo nuestra salud?

 

¡Claro! Podemos tomar el sol de una forma saludable para nuestra piel. Es posible disfrutar sin exponernos de una forma perjudicial. A continuación, os contamos 4 consejos para una correcta exposición al sol y cómo evitar las peores consecuencias de la sobreexposición:

 

 

-       No tomes el sol en las horas de más calor, que suelen coincidir con las horas centrales del día.

-       Aplícate un buen fotoprotector y renuévalo cada hora y media aproximadamente. Como por ejemplo este de Isdin con textura fluida.

-       Cuídate desde el interior utilizando fotoprotectores orales e ingiriendo agua de forma continuada. Puedes empezar a tomarte Sandoz Bienestar Solar unas semanas antes de la exposición continuada.

-       Hacer autorevisiones periódicas de manchas, lunares, verrugas u otras alteraciones de la piel y en caso de duda o alteraciones de las mismas, consultar con un dermatólogo.

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